La economía mexicana se ha integrado al comercio global, pero la infraestructura financiera sigue siendo lenta, costosa y fragmentada. Datos de organismos como el Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (SWIFT), el Banco Mundial, el Banco de México (Banxico), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) muestran rezagos importantes en tres frentes clave: transferencias internacionales, operación de divisas dentro del país y acceso a liquidez empresarial en tiempo real.

“Hoy México ya juega en la economía global, pero su infraestructura financiera sigue
operando con lógica local: mover dinero entre países toma días, es caro y poco
transparente; eso ya no es sostenible para empresas que compiten internacionalmente. En Remzy estamos construyendo una infraestructura financiera internacional, regulada y soportada en tecnología, que en una sola plataforma integra transferencias, por ahora, México–Estados Unidos con trazabilidad completa, operación cambiaria formal entre dólares y pesos y liquidez inmediata en USD y MXN para las empresas con exposición internacional”, declara Michel Domínguez Morales, cofundador de Remzy.

En las transferencias internacionales, SWIFT observa que una operación mayor a 100
mil dólares puede tardar de 1 a 5 días hábiles, involucrar hasta tres bancos corresponsales y fragmentar la trazabilidad en cada etapa. El Banco Mundial estima un costo promedio de 6.2% del monto enviado, al que se suman lifting fees de entre 15 y 35 dólares por intermediario. Además, consultoras especializadas señalan que
alrededor de 37% de las operaciones presenta demoras o validaciones adicionales, lo
que complica la planeación de tesorería y el cumplimiento de compromisos de pago
internacionales.

A esta complejidad en los flujos transfronterizos se suma que, dentro de México, el
acceso competitivo y seguro a dólares también enfrenta limitaciones importantes. Datos de Banxico y la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) muestran que el spread bancario en ventanilla oscila entre 1.5 % y 3.2 %, mientras que en casas de
cambio puede llegar hasta 6% del valor de la operación. El componente regulatorio
agrega un desafío adicional: reportes de CNBV y SAT (Servicio de Administración
Tributaria) señalan la existencia de más de 1,500 entidades que operan sin licencia
formal, y la UIF indica que cerca de 47 % de las operaciones inusuales provienen de
actores no regulados.

“En México, muchas empresas pagan spreads elevados y operan dólares en esquemas
poco claros. La falta de regulación en este segmento no solo encarece las operaciones,
también incrementa el riesgo operativo. Era necesario construir un puente multimoneda seguro y completamente regulado”, agrega Domínguez Morales.
Por otro lado, la liquidez empresarial enfrenta procesos largos y acceso restringido. La
Encuesta de Crédito Empresarial de Banxico reporta que la aprobación de un crédito
puede tardar entre 3 y 6 semanas. Al mismo tiempo, cifras de distintas fuentes revelan
que 46 % de las empresas no obtiene crédito cuando lo solicita, 57 % declara tener flujo insuficiente para operar y aproximadamente una de cada tres compañías exportadoras requiere liquidez en dólares de manera recurrente. Este entorno limita la capacidad de crecimiento y expansión internacional de las empresas mexicanas.

En respuesta a estos desafíos estructurales, surge Remzy, un operador financiero
internacional que propone un modelo distinto al de la banca tradicional. Más que un
producto aislado, Remzy desarrolla una infraestructura regulada de movilidad financiera diseñada para conectar a México con Estados Unidos —y posteriormente con Europa y Asia— a través de procesos más rápidos, transparentes y multimoneda. La plataforma concentra en un solo lugar las transferencias internacionales México–Estados Unidos con trazabilidad extremo a extremo, tiempos más competitivos y costos claros frente a la banca tradicional; habilita operaciones entre dólares y pesos bajo un marco regulatorio formal que reduce riesgos y refuerza el cumplimiento en PLD/FT, y ofrece liquidez inmediata en USD y MXN para capital de trabajo, con una respuesta más ágil que los esquemas de crédito tradicionales para empresas con exposición internacional.

“Nuestro objetivo es conectar a México con los principales centros financieros del
mundo con la velocidad, transparencia y regulación que exige el comercio global.
Remzy opera bajo un esquema de supervisión binacional. En México estamos
regulados por la CNBV y sujetos a la normativa de CONDUSEF y del Buró de Entidades
Financieras; en Estados Unidos trabajamos como Money Service Business registrado
ante FinCEN, lo que nos permite asegurar trazabilidad, cumplimiento normativo y
seguridad operativa en ambos lados de la frontera”, subraya Domínguez Morales.
Con oficinas en Ciudad de México, Querétaro y Miami, Remzy se proyecta en 2026
hacia Europa y Asia para habilitar conectividad financiera con algunos de los principales centros financieros del mundo e incorporar de manera gradual operaciones en MXN, USD, EUR, CNY, HKD y SGD, consolidándose como una infraestructura financiera internacional regulada que permite movilidad financiera global, operación cambiaria, liquidez empresarial e inversión internacional entre México, Estados Unidos, Europa y Asia. Bajo la premisa de finanzas inteligentes respaldadas por experiencia, la compañía integra en una sola plataforma transferencias internacionales y acceso a liquidez en tiempo casi real, con un enfoque en seguridad, cumplimiento y claridad en cada operación.


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